jueves, 4 de octubre de 2012

RELATO CORTO


Portada de la revista Imaginarios, septiembre

Bloggueros he estado buscando relatos cortos que puedan estar bien y he encontrado uno en la revista Imaginarios. Imaginarios es una revista dedicada al mundo de la ciencia ficción y literatura fantástica que dirige la Federación Española de Fantasía Epica. En ella se tocan todos los palos referidos a estos ámbitos, se habla de comics, libros, películas, manga,... A continuación os dejo el comienzo del relato, un relato que me recuerda al estilo del autor, N. K. Jemisin, de Los cien mil reinos :


“Engranajes y fuego: el origen del mundo


    Sus pasos resonaban como enormes campanadas en el mar de tinieblas que era ese mundo. Allá donde mirara, sus ojos solo percibían sombras que se proyectaban sin un punto de luz, acompañadas en todo momento de una densa oscuridad que se extendía, lenta e incansablemente, como la niebla; cubriendo con su manto  el vacio. Aquello nada importaba a Astaroth, pues era el dueño y señor de esos dominios. Su cuerpo y su mente se mantenían siempre inalterados, imperturbables ante el paisaje y sus moradores… excepto por el frío.

    Tras la muerte del Ocaso, y con la llegada de Astaroth al mundo, aquellas tierras se convirtieron en su morada; un lugar de reposo, meditación y tranquilidad. Acompañado por sus pensamientos, el dios-maquina caminó por la noche, internándose en lugares con los que los mortales no alcanzan a soñar y elaborando complejas teorías sobre su propia existencia. Pero el paso del tiempo trajo hasta él una sensación nueva y desconocida, una corriente que recorría su ser, asaltando sus extremidades de manera incansable y minando con su presencia cualquier atisbo de paz; algo que le llevaría a olvidar incluso sus razonamientos más perpetuos, modificando el curso de su vida.

    Todo cambió en el instante en que Astaroth coronó La Montaña de la Soledad por séptima vez. Allí, hastiado del frío que sentía, chasqueó los dedos corazón y pulgar de su mano derecha, de la que brotó una llama. Su luz, diáfana y potente, convirtió los ojos de los Seres Antiguos, de la Noche y la Oscuridad, en polvo; sus rostros en carne quemada; y sus extremidades en huesos astillados. Cuando la llama se posó en el suelo, lentamente se fue transformando en el voluptuoso cuerpo de una mujer. Sus rasgos, cambiantes como las llamas de las que estaba hecha, evocaban todos aquellos pensamientos que Astaroth había tenido sobre la perfección. Cuando habló, su voz surgió clara, llena de energía y de poder.

    -Astaroth, mi señor, os doy las gracias por haberme concedido el don de la creación, mas no entiendo por qué estoy aquí.”

Para poder seguir leyendo solo tenéis que poner este link e ir a la página 13 de la revista.

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