Portada de la revista Imaginarios, septiembre |
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he estado buscando relatos cortos que puedan estar bien y he encontrado uno en
la revista Imaginarios. Imaginarios es una revista dedicada al mundo de la
ciencia ficción y literatura fantástica que dirige la Federación Española de Fantasía Epica. En ella se tocan todos los palos
referidos a estos ámbitos, se habla de comics, libros, películas, manga,...
A continuación os dejo el comienzo del relato, un relato que me recuerda al estilo del autor,
N. K. Jemisin, de Los cien mil reinos :
“Engranajes
y fuego: el origen del mundo
Sus pasos resonaban
como enormes campanadas en el mar de tinieblas que era ese mundo. Allá donde
mirara, sus ojos solo percibían sombras que se proyectaban sin un punto de luz,
acompañadas en todo momento de una densa oscuridad que se extendía, lenta e
incansablemente, como la niebla; cubriendo con su manto el vacio. Aquello nada importaba a Astaroth, pues
era el dueño y señor de esos dominios. Su cuerpo y su mente se mantenían
siempre inalterados, imperturbables ante el paisaje y sus moradores… excepto
por el frío.
Tras la muerte del Ocaso,
y con la llegada de Astaroth al mundo, aquellas tierras se convirtieron en su
morada; un lugar de reposo, meditación y tranquilidad. Acompañado por sus pensamientos,
el dios-maquina caminó por la noche, internándose en lugares con los que los
mortales no alcanzan a soñar y elaborando complejas teorías sobre su propia
existencia. Pero el paso del tiempo trajo hasta él una sensación nueva y
desconocida, una corriente que recorría su ser, asaltando sus extremidades de
manera incansable y minando con su presencia cualquier atisbo de paz; algo que
le llevaría a olvidar incluso sus razonamientos más perpetuos, modificando el
curso de su vida.
Todo cambió en el
instante en que Astaroth coronó La Montaña de la Soledad por séptima vez. Allí,
hastiado del frío que sentía, chasqueó los dedos corazón y pulgar de su mano
derecha, de la que brotó una llama. Su luz, diáfana y potente, convirtió los
ojos de los Seres Antiguos, de la Noche y la Oscuridad, en polvo; sus rostros
en carne quemada; y sus extremidades en huesos astillados. Cuando la llama se
posó en el suelo, lentamente se fue transformando en el voluptuoso cuerpo de
una mujer. Sus rasgos, cambiantes como las llamas de las que estaba hecha,
evocaban todos aquellos pensamientos que Astaroth había tenido sobre la
perfección. Cuando habló, su voz surgió clara, llena de energía y de poder.
-Astaroth, mi señor, os
doy las gracias por haberme concedido el don de la creación, mas no entiendo
por qué estoy aquí.”
Para poder seguir
leyendo solo tenéis que poner este link e ir a la página 13 de la revista.
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