miércoles, 26 de septiembre de 2012

SHERLOCK HOLMES, UN CLÁSICO PARA EL OTOÑO


    El otoño se acerca. El viento se convierte con el paso de los días en un amigo más frío. La noche cae sin compasión antes de lo que nos gustaría y las aceras se vuelven solitarias sin los ruidos de las terrazas que antes las daban alegría. Lo que es indudable es que no podemos pedirle al tiempo que se pare, no lo hace por nadie. Por otro lado lo que sí está al alcance de nuestras manos es, como se dice, poner al mal tiempo buena cara.

Sherlock Holmes


    Las características del ambiente que nos rodean me recuerdan a un libro muy especial. Me llevan a una mullida butaca en una habitación de la última década del siglo XIX. La estancia está hecha un desbarajuste, hay papeles, libros y periódicos por todas partes. En algún lugar de la misma descansa un violín junto con una pipa de fumar. Fuera la implacable noche fría y húmeda de Londres espera paciente a que el próximo cliente llame a las puertas del 221B de Baker Street con un nuevo y sorprendente enigma.


    Las tramas y personajes creados por Sir Arthur Conan Doyle no se agotan a pesar del paso del tiempo. Igual que muchas historias caen en el olvido la suya no. La obra de Sherlock Holmes está catalogada como uno de los grandes clásicos siendo uno de los tradicionales libros que mandan leer en las escuelas. A pesar de que las lecturas obligatorias del colegio no son siempre bien recibidas, pues a nadie le gusta que le obliguen a nada, esta es realmente una obra que merece ser leída.

    El doctor Watson es el constante narrador, salvo alguna extraña excepción, de todos los casos de crímenes, desapariciones, chantajes y sucesos inexplicables que vivirán él y el detective Holmes. Dibujos de siluetas de bailarines que llevan a un asesinato, el aullido de un sabueso enloquecido dispuesto a matar, el secuestro de un colegial de internado,… y como bien dice el propio detective para todos ellos la primera regla que hay que seguir es: “buscar siempre una posible alternativa y prevenirse contra ella”.
Una novela de frases largas, descripciones constantes que crean imágenes y texturas en el lector. Esta es un arma de doble filo, pues bien puede ocasionar desesperación en el momento de mayor expectación por la resolución del caso.

    Son muchos los directores, guionistas, escritores y actores que le dan una y otra vez un giro de tuerca al personaje dotándoles de nuevas características. El luchador y un poco obsesivo detective de Baker Street del director Guy Ritchie, el adolescente de Barry Levinson o el detectivesco Holmes de la medicina moderna, el doctor House. Pero sólo leyendo la obra de Arthur Conan Doyle conocerás la originalidad inolvidable de Watson y Holmes. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho como nos introduces al clásico de Sherlock Holmes.

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