miércoles, 10 de abril de 2013

¿Qué estamos dispuestos a sacrificar por el ritmo? (I)



El ritmo lo es todo en la literatura. Personajes, entornos, acción, diálogo, tiempo ,… todo ellos conforman y crean una historia, todos ellos son esenciales. De manera individual no son nada, aunque es cierto que un mundo bien creado, innovador y sorprendente nos deja con la boca abierta y el deseo de que existiera, un personaje nos puede impresionar, marcar, sus palabras nos pueden ayudar o hacer reír,… sin embargo, por si solo no crean las grandes novelas que siempre recordamos, de las que siempre hablamos.

El ritmo lo es todo en la literatura. Cómo combinemos todos los elementos que conforman una historia la hace fácil de leer o un ladrillo que ni el mejor brazo acarrearía. El roscón de reyes está riquísimo, es uno de los dulces por los que esperamos las navidades. Por otro lado, si no están bien hechos, si el bizcocho está seco y la nata no sabe a nada, se vuelven una pasta en nuestra boca. Así le ocurre a los libros.

Leyendo el libro “Mientras escribo” de Stephen King nos damos cuenta que a la hora de escribir debemos hacerlo como si nos contáramos la historia a nosotros mismos. Si nos aburre a nosotros ya no te cuento al lector. Debemos ser oyentes de nuestras propias palabras, aprender a contarla de manera hablada, leerla en voz alta nos ayudará a ver si nos estamos estancando o damos importancia a cosas que carecen de ella.

La literatura es imaginación así que debemos combatir uno de los peores miedos de los escritores, que es no ser comprendidos. Debemos liberarnos de esta atadura dando los detalles necesarios y el resto dejando que sea la mente del lector quien vuele, ¿pues acaso no es eso de lo que se trata?

Uno de los pilares en el que el ritmo es vital es el diálogo. A veces en los diálogos nos carcome de angustia el no saber si estamos dejando claro quién dice qué y con qué sentimiento. El contexto es la clave para ello. A través de él a quien nos está leyendo le tiene que quedar claro el carácter de la escena.

Desde caos de biblioteca os animamos queridos blogueros a que nos deis vuestra opinión sobre ¿qué estaríais dispuestos a sacrificar por el ritmo?

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